Manos milagrosas,
que de un recién nacido, indefenso,
Hiciste todo un hombre.
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Manos santas,
con las que calmaste llantos, temores,
gritos, crujir de dientes, dolores…
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Manos sagradas,
con las que curaste heridas, almas,
corazones…apagaste llamas.
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Manos prodigiosas,
con las que alimentaste a tus hijos,
los vestiste y le señalaste el camino.
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Manos sagradas,
con las que construiste un hogar con calor;
A tus hijos engreídos, los llenaste de amor.
..
Manos tiernas,
con tantas caricias, abrazos…
formaste irrompibles lazos.
..
Manos rectas,
brazos abiertos esperando al perdido.
Corregiste, nos devolviste al camino.
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Manos bellas,
que le sobran fuerzas.
Dedicada a tus hijos, a rogar al Altísimo,
ayudar al prójimo…Logras proezas.
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Manos fuertes.
Ardua tu labor, tanta lucha…
Siempre levantaste, no te rendirte nunca.
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Manos de mi madre:
Santas, rectas, milagrosas…
y su labor incomparable.
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Autor: Willan V. Castillo
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