Mi amada esposa,
Mi mujer hermosa.
Mi mujer hermosa.
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De mi tu abusaste,
A mi vida tú me llamaste,
Y con tus besos me atrapaste.
A mi vida tú me llamaste,
Y con tus besos me atrapaste.
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Eres mi más hermoso poema,
La pasión que me quema,
La mujer que me llena,
El fuego que corre por mis venas.
La pasión que me quema,
La mujer que me llena,
El fuego que corre por mis venas.
–
Eres mi mujer adorada,
Mi dulce morada,
El amor que me cobija,
Cada madrugada.
Mi dulce morada,
El amor que me cobija,
Cada madrugada.
–
Con sabiduría edificas nuestra casa,
Con inteligencia nuestra familia abrazas.
Con inteligencia nuestra familia abrazas.
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Tú sabes lo que nos conviene,
Sientes que Jesucristo ya viene.
Sientes que Jesucristo ya viene.
–
Es por esto que ha cristo yo siempre me he de someter,
Como tu te sometes conmigo mi hermosa mujer.
Como tu te sometes conmigo mi hermosa mujer.
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Solo alguien en amor te ha logrado superar,
Y ese es mi DIOS que nuestros destinos vino a entrelazar.
Y ese es mi DIOS que nuestros destinos vino a entrelazar.
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Gracias mi DIOS por el permiso que me has dado,
Para escribir a mi esposa cuanto la he amado.
Para escribir a mi esposa cuanto la he amado.
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A ustedes esposos aléjense de los falsos placeres,
Y entréguense gozosos sus divinas mujeres.
Y entréguense gozosos sus divinas mujeres.
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Autor: Fernando Quintana Lazareno
2 de Julio 2011 10:15 A.M.
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