¡Qué ironía!
Vivo sola, pero planeando para dos.
Amanece, le doy la bienvenida al nuevo día y allí estás tú.
Un ser que no conozco, pero que sé que existe.
Y por más que intento descifrar o tratar de explicar por qué razón
sin verte ya te quiero, no logro encontrar la razón.
Puede que sea tonto mi corazón, pero mi intuición me dice…
Que pronto te aproximaras y entonces, ya no serás un ser invisible,
ni un sueño, ni una quimera, ni una ilusión.
Serás una hermosa realidad.
Ya no caminaré más entre la soledad, ni sentiré la nostalgia.
Ya no se reirá más el eco de mi voz al pensar en lo absurdo
de sentir amor por alguien que esta ausente.
Esa llamarada que hoy arde dentro de mi pecho,
se mantendrá por siempre ardiendo.
Mis brazos abiertos aguardaran tu llegada.
¿Sabes? A veces cuando duermo mi corazón vigila.
Es como si entrara en contacto en medio del sueño
y del silencio de la noche con tu corazón.
Como si mi corazón le hablara al tuyo.
A veces siento como si mi cuerpo volara a través del espacio infinito
y se remontara hacia donde tú estás.
Siento que en esas largas noches soy yo quien cuida de ti.
¡Lo sé! Tal vez para muchos suene loca y absurda, pero te siento.
Sencillamente sé que estás en alguna parte de este mundo.
Y mientras llega ese momento, mi corazón te espera.
–
Autora: Brendaliz Avilés
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