Dejaste los bellos momentos regados por todos lados.
Lo nuestro ya no es más;
Lo dejaste entre el suelo y tus presurosos pasos.
Los besos, por el suelo esparcidos
Hasta hacerse pequeñísimas huellas, ya desconocidas.
Las caricias revoloteando con los vientos
Y las tormentas tórridas.
Las miradas empapadas por los charcos;
Las fotos, dulces recuerdos, en los tachos…
Los poemas ajados, sin sentido,
Son echados al fuego por tus manos.
Tu promesa (santa, irrompible), debajo de la mesa.
Tu dicha ya perdida; te conformas con tu vacío.
Y tu amor, dio la vuelta y cayó en los brazos
Del primero, y del segundo…
Dejaste en el olvido mi nombre,
Dejaste sus letras enterradas en tu pasado.
Dejaste todo, lo echaste… nada de mí existe en ti.
Y yo, sí, te llevo en cada paso que voy dando.
Mi corazón te ama como ayer;
Me mente te recuerda eternamente.
Pero así es el amor, sufre más el que ama más
Y no hay vuelta atrás.
..
Autor: Willan V. Castillo
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