Rico y apuesto
heredero,
alto de alcurnia y de talla,
se llega a Jesús pidiendo:
-Maestro bueno, ¿qué hace falta
para que la vida eterna
posea para mi alma?
alto de alcurnia y de talla,
se llega a Jesús pidiendo:
-Maestro bueno, ¿qué hace falta
para que la vida eterna
posea para mi alma?
-Los
mandamientos conoces:
No toques mujer extraña,
no mates, hurtes ni engañes,
sea veraz tu palabra,
respeta de tus mayores
la dignidad de las canas...
No toques mujer extraña,
no mates, hurtes ni engañes,
sea veraz tu palabra,
respeta de tus mayores
la dignidad de las canas...
-Maestro, todo
he guardado.
Dime qué otra cosa falta.
Dime qué otra cosa falta.
Una muy simple:
ve y vende
cuanto a la tierra te ata,
dalo a los pobres, que cubran
su miseria por tu gracia,
y echando tu cruz al hombro
ven a seguir mis pisadas.
cuanto a la tierra te ata,
dalo a los pobres, que cubran
su miseria por tu gracia,
y echando tu cruz al hombro
ven a seguir mis pisadas.
Perdió el joven
su apostura,
bajó al suelo su mirada
y se encaminó afligido
hacia sus riquezas vanas.
bajó al suelo su mirada
y se encaminó afligido
hacia sus riquezas vanas.
A Jesús le va
corriendo
por la mejilla una lágrima
que a contraluz pareciera
de sangre tornasolada.
por la mejilla una lágrima
que a contraluz pareciera
de sangre tornasolada.
-¡Pudo y no
quiso salvarse,
por su riqueza malvada!
¡Cuán difícil es que un rico
entre en mi eterna morada!
¡Un camello por el ojo
de una aguja, mal se pasa!
por su riqueza malvada!
¡Cuán difícil es que un rico
entre en mi eterna morada!
¡Un camello por el ojo
de una aguja, mal se pasa!
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Santos García Rituerto --
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