La Vida
Humana
¡Qué pronto se
hace el traslado
del tiempo a la eternidad!
Presto, de buen o mal grado,
el hombre se ve sacado
de esta inmensa vanidad.
del tiempo a la eternidad!
Presto, de buen o mal grado,
el hombre se ve sacado
de esta inmensa vanidad.
Tal vez creyó
permanente
su vida en vana ilusión;
pero vino, de repente,
el cambio que no consiente
ni demora ni evasión.
su vida en vana ilusión;
pero vino, de repente,
el cambio que no consiente
ni demora ni evasión.
En pleno goce de
vida
o de juventud jovial,
vino la triste caída,
y el alma fue conducida
al divino Tribunal.
o de juventud jovial,
vino la triste caída,
y el alma fue conducida
al divino Tribunal.
Ante la crisis
iguales
son vejez y juventud,
gocen bienes, sufran males...
Los mundanos ideales
mueren en un ataúd.
son vejez y juventud,
gocen bienes, sufran males...
Los mundanos ideales
mueren en un ataúd.
¿Y no conoce su
engaño
el hombre que, en terco afán,
labora para su daño,
persiguiendo, año tras año,
bienes que perecerán?
el hombre que, en terco afán,
labora para su daño,
persiguiendo, año tras año,
bienes que perecerán?
Su error con el
tiempo crece
y aumenta su decepción
el ver que se desvanece
lo que sólido parece
ante la vana ilusión.
y aumenta su decepción
el ver que se desvanece
lo que sólido parece
ante la vana ilusión.
Es necio quien no
asegura
su dichoso porvenir,
buscando en Dios lo que dura,
esa inmutable ventura
que puede en Dios conseguir.
su dichoso porvenir,
buscando en Dios lo que dura,
esa inmutable ventura
que puede en Dios conseguir.
Por nuestro bien
se interesa
Quien para sí nos creó,
y en infalible promesa
Su gran amor nos expresa
por Aquel que nos salvó.
Quien para sí nos creó,
y en infalible promesa
Su gran amor nos expresa
por Aquel que nos salvó.
Sumo fin de la
existencia,
que El nos quiso amante, dar,
nos muestra su amor y ciencia,
queriendo que a su presencia
logremos, salvos, llegar.
que El nos quiso amante, dar,
nos muestra su amor y ciencia,
queriendo que a su presencia
logremos, salvos, llegar.
Y en su bondad
infinita
será el grande galardón
del alma, que en fe bendita,
quiere hallar donde El habita,
su eterna delectación.
será el grande galardón
del alma, que en fe bendita,
quiere hallar donde El habita,
su eterna delectación.
-- Carlos
Araujo --
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